Sección individual - María Judith Cante ( grupo 2 - postura desfavorable)

La integración efectiva de las terapias alternativas en el sistema de salud convencional aún enfrenta desafíos, a pesar de los esfuerzos normativos. Los profesionales deben cumplir con requisitos específicos de formación y certificación para ejercer en el ámbito de las terapias alternativas, lo que puede representar una barrera para algunos. Además, la falta de reconocimiento pleno de estas terapias en el sistema de salud puede limitar las oportunidades laborales y de desarrollo profesional en este campo. 

Los expuesto en las leyes se quiere hacer demostrar que algunas regulaciones, como la Resolución 2927 de 1998, requieren revisión para alinearse con los avances científicos y las prácticas actuales. Aunque la Ley 1164 de 2007 establece disposiciones para la formación del talento humano en salud, la formación específica en terapias alternativas aún presenta vacíos. (Caicedo, 25 mayo 2025).

existen riesgos asociados a este proceso. las terapias naturales suelen venir acompañada de una regulación más estricta, lo que podría exigir títulos, certificaciones y licencias que muchas veces excluyen a practicantes tradicionales o autodidactas. Esta situación puede reducir la diversidad de enfoques y limitar el acceso de terapeutas independientes al mercado laboral. En algunos contextos, se ha observado incluso una apropiación de ciertas técnicas por parte de profesionales médicos convencionales, como en el caso de la acupuntura o la fitoterapia, lo que reduce el protagonismo de los terapeutas naturales.

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Las terapias naturales en el extranjero han sido una cobertura de las terapias naturales por los sistemas públicos es escasa y habitualmente se exige para el reembolso que hayan sido realizadas por médicos. Lo que se reembolsa con más frecuencia son los tratamientos homeopáticos, la quiropráctica, la acupuntura y la osteopatía. Se proporciona formación sobre terapias naturales en todos los países, pero varía mucho su grado de oficialidad: unos países tienen especialidades para médicos en la Universidad (Alemania), otros tienen programas postgrado también en la Universidad (Italia), y en otras ocasiones la formación se facilita en escuelas o institutos privados (Canadá, Suecia). (Sanidad)

Un informe de El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad publica el primer documento de análisis de situación de las terapias naturales En relación con la evidencia científica disponible, el documento señala que todavía es muy escaso el número de estudios publicados de suficiente calidad que proporcionen alto grado de evidencia sobre su efectividad en situaciones clínicas concretas mediante la aplicación de métodos científicos. Sin embargo, esta ausencia de demostración de su eficacia no debe ser considerada siempre como sinónimo de ineficacia. Muchos pacientes refieren cierto grado de satisfacción asociado a una percepción de mejoría de los síntomas o en su bienestar o en calidad de vida, aunque en muchas ocasiones no se dispone de estudios que permitan determinar si esta mejoría es debida al efecto específico causado por el tratamiento administrado o a un efecto placebo.

La baja producción científica sobre la normatividad en el ejercicio de las terapias alternativas es un fenómeno que se observa a nivel mundial, con manifestaciones distintas según el contexto sociocultural, político y sanitario de cada región. Aunque las terapias alternativas y complementarias han adquirido relevancia en diversos sistemas de salud y entre poblaciones que buscan enfoques integrales para el bienestar, su regulación formal aún es insuficiente y, en muchos casos, escasamente documentada desde una perspectiva científica. A nivel global, la baja producción científica sobre la normatividad en el ejercicio de las terapias alternativas refleja una combinación de vacíos institucionales, resistencia epistemológica hacia saberes no convencionales, desigualdad en el reconocimiento del conocimiento tradicional y falta de voluntad política. Superar esta situación requiere una apuesta por la investigación interdisciplinaria, el diálogo de saberes, y la formulación de políticas públicas que promuevan marcos regulatorios inclusivos, basados tanto en la evidencia como en el respeto a la diversidad cultural y terapéutica.